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En 1987, la Comisión Brundtland de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definió la sostenibilidad como lo que permite
“satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias.”
Referido al entorno empresarial, la sostenibilidad es un enfoque estratégico donde la actividad económica de la empresa además de generar rentabilidad financiera busca crear valor ambiental, social y económico a medio y largo plazo, contribuyendo así al progreso y al bienestar de las comunidades donde operan y al de las generaciones futuras. Una apuesta a un mejor futuro para todos.
Si bien la sostenibilidad empresarial debe entenderse desde un enfoque integral e indivisible, se han definido tres pilares conocidos como criterios ASG o ESG (por sus siglas en inglés) entorno a los cuales las empresas pueden trabajar y medir su desempeño:
A de Ambiental (Environmental): se refiere a toda aquella sostenibilidad relacionada con el medioambiente como prácticas sobre la gestión de recursos naturales, cambio climático y relación con el planeta
S de Social (Social): referido concretamente a los derechos humanos, las normas laborales, la diversidad, la igualdad, la inclusión y las relaciones con la sociedad y las comunidades locales
G de Gobernanza (Governance): referido a las formas de gobierno, ética empresarial, transparencia, lucha contra la corrupción, la toma de decisiones
En un entorno mundial cada vez más motivado e interesado en cuidar del planeta y en aliviar grandes conflictos y brechas sociales y económicas, es difícil pensar que una empresa pueda seguir siendo viable a espaldas de estas prioridades, a lo cual se suma, la presión creciente de normativas en materia de sostenibilidad que exigen que las empresas sean cada vez más responsables con el planeta, las personas y la economía.
La sostenibilidad es el futuro de las empresas y es una oportunidad que aporta importantes beneficios: Cinco maneras en que ESG crea valor | McKinsey
Contribución a la mejora de los ingresos
Reducción de costos
Minimizar las intervenciones legales y regulatorias
Aumento de la productividad del personal
Optimización de inversiones y gastos de capital
Para las empresas interesadas en la ruta de la sostenibilidad, conocer del Pacto Mundial de Naciones Unidas es un excelente punto de partida para encaminarse en ese sentido; el Pacto Mundial es una iniciativa internacional, impulsada por la ONU desde el año 2000, que promueve la sostenibilidad empresarial y la responsabilidad social corporativa basado en:
Los ODS y los Diez Principios vienen siendo como el ¿qué? y el ¿cómo?, respectivamente, que las empresas deberían seguir para lograr un verdadero impacto positivo en la sostenibilidad; para avanzar en ese sentido, las empresas deben revisarse internamente e integralmente, incluyendo sus estrategias, estructura, procesos, objetivos, indicadores para incorporar en su cultura, modelos operativos y de negocios, estos valores y principios, operar de forma que se cumplan las responsabilidades fundamentales en materia de derechos humanos, trabajo, medioambiente y lucha contra la corrupción y evaluar en que medida sus objetivos estratégicos contribuyen con los ODS.
Para mejorar su posición ESG y contribuir con los ODS, una empresa puede tomar varias medidas, entre ellas:
Es fácil entender que la sostenibilidad pasa por la digitalización y que tecnologías como la inteligencia artificial, la robótica, la nube, el IoT entre otras permitirán a las empresas implementar medidas para transformar sus modelos de negocio con miras a reducir las emisiones de carbono e innovar en sus mercados con productos y servicios alineados a los objetivos de sostenibilidad.
En reciente video AI for the UN Sustainable Development Goals, la AI for Good, plataforma de las Naciones Unidas para impulsar la inteligencia artificial (IA), orientada a la acción, global e inclusiva, podemos visualizar el potencial de esta tecnología como palanca clave para lograr las metas de desarrollo sostenible y generar soluciones para un impacto global.
Por otra parte, la automatización robótica de procesos, robots físicos o de software, más allá de acelerar y optimizar los procesos, ayudan a procesar más en menor tiempo y sin errores y contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas al liberarlas de trabajos tediosos y repetitivos para que puedan ocupar su tiempo y capacidades intelectuales en actividades que les brindan mayor satisfacción y sentirse productivos y satisfechos con su trabajo, igualmente los robots contribuyen con el ambiente, por ejemplo, los robots físicos en una planta de producción pueden trabajar 7x24 con las luces apagadas, y los robots de software, por su parte ayudan a optimizar los procesos manuales y a reducir los desperdicios, menos consumo energético, menos papel, por ejemplo.
Con la automatización y la IA, las empresas pueden identificar y minimizar los puntos de ineficiencia y de desperdicio de recursos y modernizar, transformar sus procesos alineados a los objetivos de sostenibilidad.
Para concluir, está visto que las empresas que invierten en sostenibilidad obtienen una ventaja competitiva, no sólo obtienen mejoras en eficiencia y reducción de costos, sino que también son capaces de atraer más clientes e inversores que comparten las mismas motivaciones por la sostenibilidad, lo cual se traduce en mayores ingresos y mejor viabilidad futura.
La automatización inteligente de procesos, basada en robots de software (RPA) con Inteligencia Artificial capaces de automatizar los procesos a lo largo de toda la empresa, se suma a las tradicionales iniciativas de sostenibilidad de TI relacionadas al hardware de bajas emisiones, energía y requerimientos de refrigeración, centros de datos más pequeños, migración a la nube y reciclaje de equipos fuera de servicio, entre otras.
